Sermones

Friday, May 8, 2015

Ventaja, Sabiduría


"Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades... Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está inclinada a la muerte,Y sus veredas hacia los muertos... Así andarás por el camino de los buenos, Y seguirás las veredas de los justos; Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella... "  
Proverbios 2:10-22


“El conocimiento envanece, pero el amor se edifica.” El conocimiento es dulce y agradable, pero la sabiduría entra en el corazón y habita allí dándonos discreción que nos preservará. Proverbios 2:10-22 nos deleita con un resumen de las tres bendiciones de sabiduría. En primer lugar, nos salva del camino de los malvados. En segundo lugar, nos salva de la mujer seductora que pertenece a otra persona. En tercer lugar, nos permite caminar en el camino de los buenos hombres.

El camino de los malvados tiene la intención de atrapar. Es por ello que la sabiduría se dice que nos librara. Hablan palabras que son groseras, vulgares e irreverentes. La intención es señalar a sus compañeros en la misma forma de hombría torcida y perversa. No sólo hablan de esas cosas, pero también se deleitan a decirlas. Han doblado tanto a sus conciencias que no tienen remordimiento ni vergüenza en decir o hacer cosas perversas y con abandono, disfrutan reirse y burlarse de las inhibiciones que luchan por mantener sus conciencias. La sabiduría nos permite que los veamos  como los patéticos que son y no ser intimidados o presionados para seguirlos en sus caminos vergonzosos.

El camino de la mujer errante también es una trampa. La sabiduría nos libra también de ella. Ella es la mujer prohibida que no le pertenece pero sin embargo se ofrece por sus palabras halagadoras. Ella abandona al compañero de su juventud, es decir, su marido. Se olvida del pacto de su Dios. Le había dado su voto a Dios como testigo y ella profana ese voto como si Dios no fuera nada. Un hombre sabio lo puede ver. Sabe a dónde lo lleva su camino. Es el camino de la muerte. Quien no teme a Dios no le importa cuánto ella podría dañar.  A ella no importa su vida ni la de los queridos de usted. Un hombre sabio ve la inclinación de la casa de ella. No es nivel pero bastante inclinada hacia abajo, hacia abajo hacia el pozo de la muerte. Todas sus veredas resbalan hacia abajo hacia la muerte. La adicción imprudente a una emoción tiene una mirada morbosa y muy poco encanto a los ojos de los sabios.

El camino de los hombres buenos es el camino de la rectitud. No hay hombre bueno si él no es justo. Los justos son rectos, hombres de integridad y de valor resuelto. Son ellos los que habitará en la tierra. Como en el Salmo 37:9, 11, 22, 29, heredarán lo que Dios quiere que sus hijos tengan. Esperan en el señor. Son mansos y gozarán de paz. Ellos son bendecidos de Dios y justos. Para habitar en la tierra implica vida, vida real, el tipo de vida que Dios manda. 

Terry Partain

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