Sermones

Thursday, May 10, 2018

La Desnudez Pública


-- Por Lucy Partain

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (I Corintios 6:10-20)

Por mucho que deseo que el verano llegue para tomar un descanso de las cargas de la educación en el hogar de mis hijos, lo odio a la misma vez ya que muchos, hombres y mujeres, piensan que tienen permiso para desnudarse en público sin ninguna vergüenza. La modestia no es una cuestión de elección propia, sino más bien un mandamiento de Dios. Dios ha revelado su voluntad a través de su palabra de cómo debemos cubrir nuestros cuerpos para agradarlo y honrarlo. ¡Debemos hacer lo que Él ordena! Dios llama a los cristianos a un estándar de modestia y pureza, y debemos entender y abrazar bien este mandamiento. Significa que debemos entender el significado de la vestimenta, que nuestro propósito principal es el de guiar a otros a Cristo con nuestro buen ejemplo piadoso, que nuestro enfoque principal es el de llegar a ser cada vez más como Cristo, que debemos vivir por un nivel superior ya que Dios es santo y justo y que no podemos bajo ninguna circunstancia seguir e imitar nuestra cultura con sus dioses de moda inmoral e indecente sino mas bien ser "imitadores de Cristo". (Efesios 5:1-2).

La forma o la manera que yo cubro mi cuerpo muestra el amor y la reverencia que tengo para mi Padre en el cielo, así como el respeto y el amor que tengo hacia mi esposo, a mí misma y a mi prójimo. Los que que caminan en la luz haciendo la voluntad del Padre Celestial, no deben aceptar el estándar del mundo en cuanto a la ropa y la indecencia. ¡Debemos rechazarlo! Quien ha muerto al pecado para vivir en rectitud, justicia y santidad buscará siempre complacer y honrar al Padre y no al hombre, (I Pedro 4:4; Romanos 6:3-4). Se nos manda a no amar al mundo ni a las cosas de este mundo (los dioses de la moda y el estilo establecido por el mundo sin Dios en mente). Significa que debemos "sonrojarnos" incluso cuando uno está tentado a vestirse impíamente. Sí, deberíamos avergonzarnos de dejar que ese pensamiento capture nuestros corazones. Recuerden que todo este mundo junto con su desenfreno y pecado perecerá un día. Es sólo temporal. Pero los que obedecen haciendo la voluntad del Padre en el cielo permanecerán para siempre, (Juan 14:15). Nuestra actitud, como aquellos que profesan ser seguidores de Cristo, debe ser la de trazar una línea entre lo santo y lo profano; lo que es modesto y lo que es inmodesto.

Nuestra motivación de ser modesta debe arraigarse en el deseo de honrar y glorificar a nuestro Dios como Rey de reyes y Señor de señores. Cristo debe ser la razón suprema de todo lo que hacemos en palabra y acción. La modestia no se trata sólo de hombres. ¿Porqué? Porque la modestia no se trata sólo de ayudar a los hombres en su batalla contra la lujuria o de impedir que los hombres codicien a la mujer. Y aunque debemos animar a los hombres a mantener su pureza, tambien tenemos nuestra responsabilidad ante Dios de caminar en pureza y santidad. Significa que en lugar de preguntarnos “¿cómo me hace sentir esta ropa?” o “¿que tan lejos puedo llegar?” Debemos preguntarnos honestamente: "¿Cuán santo puedo estar ante mi Dios?" Dios debe ser la razón más importante por la que elijo vestirme casta y decentemente. De la misma manera, quiero representar a Dios bien en la forma en que me presento y me visto, y eso es ser lo mas modesta, casta y piadosa que pueda.

Como aquellos que el Señor ha llamado de la inmundicia a la justicia, debemos buscar la santidad y portarnos más conforme al ejemplo de nuestro Señor y Salvador. Nuestros cuerpos no pertenecen a nosotros sino a Dios, nuestro Creador (y con el permiso de Él, a nuestro cónyuge). Debemos vestirnos de una manera que glorifica a nuestro Creador. ¿Cómo podemos enseñar y alcanzar a los perdidos si no estamos caminando en piedad y en justicia mostrando ejemplos piadosos de nosotros mismos? Seguramente no vamos a poder ser eficaces en enseñarles las "buenas noticias", el Evangelio, si vivimos como ellos (vistiéndonos inmodestamente e indecentemente, Matt. 7:1-5). ¡Nuestra influencia será destruida! Hace algunos años, una mujer que posaba de manera sensual y provocativa era mirada con vergüenza por otras mujeres. Las mujeres que hacían alarde de sus cuerpos desnudos, para llamar la atención de los hombres hacia ellas, eran consideradas una gran desgracia. Nuestra cultura ha perdido realmente la vergüenza, el valor, la dignidad y el respeto que la modestia da. Tengo miedo de decirlo, pero en la cultura de hoy nuestras mujeres parecen estar tratando de imitar a la mujer de Proverbios 7:10, “Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón.”

Algunos piensan que los estándares de modestia son diferentes para los hombres y las mujeres; que los hombres están excluidos de la obligación de cubrir su desnudez o salirse con la suya; usando ropa más reveladora que las mujeres. Afirman que las mujeres no suelen tener el problema de la lujuria que tienen los hombres, (Mateo 5:28). Y aunque es cierto que los hombres luchan más con la lujuria que las mujeres, no es verdad que las mujeres no tengan pensamientos impuros. Los principios bíblicos de la modestia se aplican tanto a hombres como a mujeres, aunque se enfoca en las mujeres en 1 Timoteo 2:9. En 1 Timoteo, el Señor mando que las mujeres debían adornarse con ropas modestas, es decir, con decoro y moderación. También implica que deben comportarse en lo externo como en el corazón, conforme al modelo y el espíritu de Cristo. Obviamente el mundo acepta toda forma de impiedad, especialmente cuando se trata de la ropa que llevamos o de cómo debemos cubrir nuestros cuerpos. Por cierto, estoy hablando a hombres y a mujeres. No es extraño para los mundanos e impíos (especialmente aquellos que no son cristianos) llevar pantalones cortos de mezclilla, shorts, “halter-tops”, blusas con tirantes, camisetas sin mangas, trajes de baño, blusas de corte bajo o escotadas, vestidos transparentes, ropa apretada y otras formas indecentes de ropa reveladora. Pero para nosotros los cristianos, ¿no es una vergüenza correr como los paganos y los incrédulos? ¿vestirse de manera inmodesta y seductora usando ropas tan impías? ¡¡¡Por favor!!!

Por lo tanto, cuando un hombre muestra su pecho desnudo en público, no glorifica y honra a Dios. Él está atrayendo la atención innecesaria hacia sí mismo por su falta de ropa. No está demostrando humildad, pureza y santidad. Los hombres deben mantener sus pechos cubiertos y evitar el uso de shorts en público (no importa si va a nadar, correr, trabajar en el patio o afuera, etc.). Los pantalones deben ir desde la cintura hasta el fondo de las rodillas (Éxodo 28:42). Nuestro objetivo debe ser el de agradar a Dios. ¡Así de simple!

De la misma manera, cuando una mujer muestra sus muslos (porque ella lleva faldas cortas o vestidos cortos, trajes de baño, y pantalones cortos), o su pecho en público (en parte con la blusa escotada o desabotonada), ella no está honrando y glorificando a Dios tampoco. Una vez más, ella está atrayendo la atención innecesaria por su falta de ropa. Los muslos y el pecho pueden estar expuestos sólo cuando se sientan o se mueven de cierta manera, pero están mostrando su desnudez. La moda es mostrar la ropa interior, los sostenes o incluso ropa interior, aunque sólo sea por un momento. ¡Es una burla provocativa! Ella no está exhibiendo humildad, pureza, piedad y santidad. Ay qué vergüenza, y qué triste es ver a muchos cristianos mezclarse tan bien con el mundo ya que no toman una posición hacia lo que es justo y santo. ¡No se oponen a los caminos del pecado, reflejados a causa de la vestimenta inmodesta que usan o aprueban en otros! La pregunta es: ¿pueden los demás ver la diferencia entre su vida como seguidor de Cristo y la vida de aquellos que no son cristianos? Entonces ¡si el mundo les ama, debe ser uno de ellos! La mayoría de las mujeres hoy en día utilizan su belleza con el fin de atraer a los hombres. Pero no nos olvidemos, que nuestro encanto es un don de Dios cuyo propósito es de encantar o atraer a un solo hombre, nuestro esposo. Cuando una mujer de cualquier edad se viste inmodestamente, ella está provocando a los hombres a la lujuria hacia ella, hombres que no son su marido. ¿Sabe que cuando usted hace esto, usted usa el encanto dado por Dios de una manera impía?

Recordemos siempre que para los cristianos, nuestros cuerpos son más que sólo la hermosa obra, o sea la obra de arte de Dios. Son el templo de Dios donde habita el Espíritu Santo, (1 Cor. 6:19-21). Como padres, debemos esmerarnos y luchar donde sea necesario y enseñar a nuestros hijos los principios de la rectitud y castidad. Seamos sabios y no necios y aprendamos de los principios de los viejos que fueron escritos para nuestro aprendizaje, (Romanos 15:4). Vamos a cubrirnos adecuadamente y modestamente en público sin importar cuál sea nuestro género. Nosotros como padres debemos enseñar a nuestros hijos, niños o niñas, sobre la modestia y la castidad. No debemos conformarnos a los estándares mundanos sino a los estándares santos, como santos que profesan la piedad. No nos dejar seducir por los mensajes engañosos de nuestra cultura. Nuestra cultura exige que luzcamos o hagamos alarde de lo que tenemos. Cambiemos nuestro corazón mundano y pecaminoso por uno puro, pidiéndole a Dios y suplicando por su ayuda. Mujeres no usemos nuestra belleza para seducir a los hombres. Usemos nuestra belleza y modestia como instrumentos de justicia. Debemos ser ejemplos de castidad, pureza, piedad y santidad en nuestra conducta hacia nuestros hijos, la iglesia y los del mundo. La manera en la que hablamos, actuamos y nos vestimos dara honor o deshonra a nuestro Padre celestial. ¡Nuestros cuerpos pertenecen a Dios, y deben ser usados para la honra de Dios! (1 Thess. 4:4). Por lo tanto, respetemos nuestros cuerpos, ya que son el templo de Dios.
Que nuestro Señor nos ayude a aceptar los límites de la modestia, la piedad y la santidad en nuestra vida diaria. Que Dios nos ayude a comprometernos a seguir los estándares de la justicia de Dios y no los del mundo, y que siempre nos esforcemos hacer la voluntad de Dios en todo.

Luci

No comments:

Post a Comment