Sermones

Saturday, April 25, 2015

Aflojar la Ley de Dios



“De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.” 
Mateo 5:19


Jesús no quiso decir “quebrante” en el sentido de la "romper piezas" como romper pan o ramas. Si eso hubiera sido así, Jesús habría usado la palabra KLAO. Aquí El usó LUO que significa literalmente, "aflojar" pero a veces se usa de "quebrantar mandamientos, no sólo infringiéndoles sino aflojando su fuerza, obligándoles a que no se cumplan, debilitando su autoridad, invalidándolos,”   (W. E. Vine, Tomo 3, p. 281) Así la LBLA dice, "anule." Y la RVR1977 dice, “suprime.”


    Debe haber al menos dos formas que hagan que uno sea  el gusano "menos" o más insignificante e inútil  en el Reino de Jesús. 1. Personalmente “quebrantar” uno de los mandamientos, aflojar sus requisitos, redefinirlos de manera que se les hace difícil de entender y obedecer. Y 2. Enseñar a otros a evadir algún mandamiento sin ser condenado por su conciencia o simplemente desafiar a Dios y desobedecer su orden.


    Romanos 1:32 del mismo modo, dice, “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.” Hubo una base filosófica para la desobediencia del mundo gentil. La religión de la idolatría aflojó la ley contra el adulterio al  mandar la prostitución en los templos de los ídolos.  Así justificaban la fornicación y el pecado homosexual como la manera normal de complacer a los dioses. Sin un Dios justo que los juzgara, ellos se desataron de los mandamientos como el de amar a su prójimo como a uno mismo y el de no mentir, engañar, robar, odiar, asesinar, etc. Sus dioses rutinariamente cometían tales crímenes (en sus mitos)  y juzgaban a los hombres según sus caprichos diarios.


    Los hombres modernos adoran a su medio ambiente o su carne humana y aprenden sus enseñanzas en las escuelas de “enseñanza superior”  las cuales también aflojan la ley contra el adulterio mandando una  temprana experiencia sexual  con una variedad de compañeros como si fueran relaciones sanas.  Más adelante incluyen las relaciones "gay". Los propios profesores tal vez no sean gay pero les enseñan a cómo calmar el remordimiento de conciencia en caso de que uno se deslice a tales excesos.  Si algún gran humanista es atrapado en una mentira o fraude, se nos insta a que no seamos excesivamente "críticos" o "fariseos". ¿Hay algún asombro que nuestros abogados, legisladores y burócratas sean tan descaradamente corruptos? ¿Ha de extrañarse uno que nuestros matrimonios fracasen con  índices tan alarmantes?


Terry Partain


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